martes, 8 de noviembre de 2016

PASMOSO VELATORIO.



PASMOSO VELATORIO

         Águeda llevaba una vida muy activa desde que se divorció. Su trabajo le ocupaba la mayor parte de su tiempo. El negocio que había emprendido junto con una amiga, no parecía que fuera mal. En los tiempos que corrían, hacer eventos para bodas no era fácil, había que moverse mucho y tener muchos contactos con diferentes personas.
         Necesitaban dinero para montar y continuar el negocio. Águeda era la encargada de hablar con los proveedores y sobre todo con los directores de los bancos. Su carácter y su físico era irresistible para muchos y conseguía todo el dinero que necesitaban aunque luego a la hora de devolverlo las cosas no eran tan fáciles. Debía dinero a todos.
         Tenía una enfermedad que nadie conocía y un día su socia y amiga se la encontró muerta en la oficina. El susto y el disgusto fue grande, la pena le estaba ahogando pero tuvo que reaccionar y llamar a su ex-marido y a su hija. Nadie se explicaba que es lo que le había ocurrido, pero las cosas suceden y no hay vuelta atrás. La noticia pronto corrió por todos sus conocidos y allegados. Todos quedaron extrañados y apenados y otros muchos, preocupados porque pensaron que ya nunca pagaría sus deudas. Todos acudieron al velatorio para darle su último adiós y acompañarla en sus últimas horas. En la madrugada el director del banco que estaba allí porque para él era algo más que una clienta, se acercó al ataúd y comenzó una larga charla con ella, bueno más que una charla era un monólogo porque nadie le contestaba. Le decía todo lo importante que era para él, el tiempo que pasaba pensando en ella y que incluso por un nuevo instante de estar a su lado, era capaz de perdonarle todas sus deudas, que estaba seguro eran las culpables de su repentina muerte. Diciendo esto de pronto siente la mano de la muerta que le coge la suya y que se incorpora del ataúd. Todos gritaron y salieron despavoridos del velatorio, menos el director que se quedó con los pies pegados al suelo. Águeda lo miró y le dijo:
         -Que sepas que he oído todo lo que has dicho y aquí estoy de nuevo y mis deudas quedan zanjadas.
En este caso fue el director el que cayó al suelo con un infarto de miocardio. Águeda no estaba muerta, estaba en estado catatónico.

MARÍA PÉREZ GARCÍA.

domingo, 26 de junio de 2016

EL FANTASMA Y YO



EL FANTASMA Y YO

El parte meteorológico anuncia que el día tendrá nubes y claros. Creo que yo estoy igual, con luces y con sombras. Esta mañana me he levantado un poco tristón. He salido a la calle a dar un paseo y..¡vaya por Dios!! Me ha caído un buen chaparrón, esta sería una de esas nubes que dijo la mujer del tiempo. Me he puesto empapado. He entrado en un bar para entrar un poco en calor y secarme mi ropa. 
Cuando me estaba tomando mi café calentito, veo a una mujer muy atractiva, de mediana edad, pero muy bien proporcionada, que me hacía ojitos y se me insinuaba.
-No si verás, si encima hoy tendré suerte y ligaré.
Efectivamente, me acerqué a ella y así como el que no quiere la cosa, entablamos una acalorada conversación. No sé cómo fue ni como pasó, pero el caso es que de pronto nos encontrábamos los dos en su piso, y para más señas en su cama. Al final será un buen día pensé.
-¿Hay alguien? Hola cariño ya estoy en casa
-Pero buenos ¿esto qué es? ¿es tu novio?
-No, es mi marido, corre escóndete, como te vea nos matará. Aquí métete debajo de la cama. No no mejor en el armario.
¡¡Que sofoco Dios!! No si esto iba a ser demasiado bonito para que fuera verdad. ¡¡Que agobio, que sofocón!!
-No te agobies ni te sofoques
-AAAAAAHH, ¿¿esto qué es?? ¿Quién es usted?
-No grites te van a oír, ¿no ves que están ahí fuera?
-¿Pero que hace aquí?
-lo mismo que tu
- ¿Usted también....?
-Noooo, hijo no, yo me escondo como tú, no me pueden ver. Soy el suegro de esta mujerzuela de la que se encaprichó el cornudo de mi hijo.
-¡Esto es una locura, me estoy volviendo loco!!. No puede ser cierto lo que me está pasando.
- ¿Y eso? ¿Cómo va vestido así, con ese traje tan raro?
-Es lo que me pusieron de mortaja. Cuando morí me quedé aquí en este armario atrapado, viendo el desfile de amantes de mi nuera. Estoy esperando ver la luz blanca.
-¿Pero que luz?, SOCOOORROO, ¡no puede ser, estoy hablando con un muerto y metido en un armario!.
-Nooo, con un fantasma.
- Fantasma o muerto es igual. Salgo de aquí ahora mismo.
-Si sales te verán y mi hijo te matará.
-Me da igual prefiero salir corriendo en paños menores, que ahogarme aquí con un espectro hablante.
-Pobrecillo, allá tú. Será otro en la lista.

Salí de aquella casa tan rápido que confundí la ventana con la puerta. El golpe fue mortal, era un sexto piso. Ya decía yo que este no sería el mejor día de mi vida, pero tampoco creí que sería el último. 
Ahora estoy aquí con el del traje raro esperando ver la luz blanca.


martes, 17 de mayo de 2016

UNA PAZ INTERIOR





La una de la madrugada, todo en silencio, el teléfono suena, todo cambia de pronto. La vida puede dar un vuelco en pocos segundos, la mía lo dio.
La paz que me causa verte es inmensa, pero no llego nunca alcanzarte.
¿Será porque te fuiste pronto y sin avisar? Aun te esperaba, me pasaba las noches y los días intentando entender el porqué de tu partida.
Mi alma, mi mente y mi todo te necesitaba. Por esa razón mi refugio era soñar, allí podía verte, aunque no podia tocarte, ni rozarte. Podía ver tus manos fuertes, tu mirada lejana, que me decía que me quería`. Quise seguir soñando, pero ya no pude hacerlo, presentí que aquella imagen que tan pronto había dejado de ver jamás volvería.
Al despertar una sensación de bienestar inunda mi mente, me levanto abro la ventana, entra el sol, la vida sigue.



MARÍA PÉREZ
17/03/2016