A lo largo
de la historia la mujer ha tenido que luchar por conseguir ser vista u oída en
un mundo que parece estar hecho o enfocado a los hombres.
Parece que
la mujer ha nacido con una etiqueta que solo sirve para procrear, cuidar de su prole
y estar entre fogones y al cuidado de todos especialmente de los hombres.
Gracias a
muchas mujeres valientes y guerreras que dieron sus vidas para defender los
derechos de la mujer, por defender que somos iguales, que todos podemos hacer
las mismas cosas. Gracias a ellas hoy la mujer ha llegado lejos, el poder
estudiar ha dado oportunidad de llegar donde se lo han propuestos. La mujer
está en todos los ámbitos y lugares. Ingenieras, aeronáuticas, políticas,
científicas, escritoras profesoras, médicas, astronautas, ministras y muchas
profesiones más donde la mujer resalta. Gracias a las que dieron su vida para
poder llegar aquí.
Pero esto no
se da en todos los lugares. En una parte del mundo aún se sigue viendo a la
mujer como un ser inferior, y que se puede hacer con ellas lo que al hombre se
le ocurra, ya sea padre, hermano o marido. El hombre hace las leyes y hay que
acatarlas.
El 8 de
marzo no es un día festivo, es día de reivindicación para luchar contra estas
injusticias y para que la mujer que ya está en altos cargos no tenga que estar
demostrando día a día que puede hacerlo. Tiene que demostrarlo tan solo por ser
mujer. Que se acabe la violencia contra la mujer tan solo por serlo, el abuso
en trabajos, igualdad de sueldo a igual trabajo, igualdad de derechos entre
hombres y mujeres.
La mujer no
quiere ser mejor que el hombre, quiere vivir en concordia y al mismo nivel y
con las mismas oportunidades.