UN
PASEO POR EL RECUERDO
“El tiempo pasa que no te das cuenta”, decía
mi madre. Ahora veo la realidad de
esa frase porque los años se escapan sin poder detenerlos. De nuevo está aquí
el mes de abril, y de nuevo mi cumpleaños, sumando un año más a los muchos que
ya tengo. Hoy he querido celebrarlo con mis amigas tomándonos un café en casa y
hablando de nuestro pasado y un poco del presente. Mi amiga Ana, siempre tan
amable, me ha regalado un libro que dice que se lo han aconsejado en la
librería de su barrio. Dice que es uno de los más vendidos, pero yo si te digo
la verdad, no me suena de nada, aunque el título ya me llama un poco la atención.
Un paseo por el recuerdo.
Cuando mis amigas se han ido, me he puesto cómoda ahuecando las almohadas de mi cama, y dirigiendo la luz
de mi lamparita al libro que tengo entre
mis manos y que me dispongo a leer. Yo se que todos los libros al empezar
suelen ser un poco aburridos, pero éste tiene algo que me llama poderosamente
la atención nada más empezarlo. El libro habla de una niña de doce años que su
pasión es la gimnasia rítmica, ya en el colegio es la primera en éste deporte,
pero ella quiere más. Su madre la lleva todos los días a entrenar a un gimnasio
cercano donde hay un grupo de gimnastas.
Pronto se hace destacar por su elegancia y la facilidad con que combina sus
movimientos y el ritmo.
Su entrenadora se vuelca en ella y la prepara para
competir en pequeños eventos deportivos. Siempre queda en el número uno porque
la combinación del ritmo y sus movimientos son perfectos.
–¡Dios mío! Pero si ésta niña es igual a mí. Parece
que están describiendo mi niñez. No podía dejar de leer porque cada vez estaba más
convencida de que es mi vida la que está reflejada en este libro. Sigo leyendo
con mucha curiosidad.
Sara (a pesar de su juventud) se prepara para una
competición para clubes en Europa. Su esfuerzo es grande, todos los días tiene
que entrenar fuerte para ser la mejor. A los pocos años su esfuerzo se vio
recompensado porque ganó el campeonato Mundial de gimnasia rítmica en Budapest.
Este acontecimiento le ayudó mucho a seguir esforzándose por el deporte que mas
amaba, aunque esto le hacía tener una vida diferente a cualquier otra adolescente, pero eso a ella
no le importaba. Participó en otras muchas competiciones, ganando cada una de
ellas. Su meta estaba en llegar a las olimpiadas y ganar una medalla de oro
para su país (España).
Su especialidad era la pelota, sus movimientos se
deslizaban como una pluma, la agarraba con una elegancia y delicadeza que hacía que
hubiera una relación sensual entre su cuerpo y el implemento, sus lanzamientos eran
espectaculares y con pleno control.
Ya estaba preparada para enfrentarse a las
olimpiadas, pero un día en el entrenamiento, su lanzamiento falló y un golpe en
la cabeza le segó de pronto todas sus aspiraciones, ahora se notaba como un
punto que gira a cámara lenta con un balón pesado bajo su piel.
Sara estuvo en coma seis largos meses, cuando abrió de
nuevo los ojos se encontró con todas sus ilusiones fallidas. Su vida ya no era
la vida que ella había escogido, tuvo que aprender de nuevo a caminar, hablar y
sobre todo a sentir de otra manera. Su nueva vida tuvo que llevarla por otras
laderas que fueran adecuadas a su estado actual, una parte de su cuerpo estaba
paralizado.
Pasaron cinco
años de duro entrenamiento con intensas y dolorosas sesiones de rehabilitación
diaria, hasta que pudo hacer que su cuerpo volviera de nuevo a funcionar,
aunque ella sabía que ya no sería la misma, pero no desistiría. Todos tenemos un sueño y ella
era fiel al suyo, dedicó su vida a entrenar a niñas que tenían la misma ilusión
por la gimnasia rítmica que ella y con esfuerzo y perseverancia, se convirtió
en la entrenadora más famosa de gimnastas. Acudía con ellas a cada campeonato,
a cada competición, hasta que por fin se
vio reflejada con una de sus alumnas en los juegos olímpicos de Atlanta,
ganando la medalla de oro para su país (España).
Cuando estaba acariciando la medalla de oro, el
tacto del frío metal le hizo despertar de su sueño y ver que el libro que
estaba leyendo aún estaba por la primera página. Sara sonrió y dijo – mi vida la tengo escrita en mi memoria en
forma de novela, y me siento feliz de pensar que hoy en día la gimnasia rítmica
es uno de los deportes más practicados entre las niñas y adolescentes, y yo
estoy orgullosa de haber contribuido a ello.
MARÍA PÉREZ GARCÍA, 4/O6/2012.