jueves, 5 de noviembre de 2020

EL DÍA QUE SE FUÉ.


El día que se fue te escuchó pedirle que no lo hiciera. Escuchó tus suplicas, sintió tus lagrimas. Él tampoco quería irse. Se preguntaba por qué tenía que hacerlo, con las ganas que tenía de vivir. Pero la enfermedad lo eligió, no dejando remedio alguno para su persona. Una crueldad.
 Sintió la fuerza brutal que lo arrebataba de tu lado.
Se fue su cuerpo, su alma sigue contigo. Te escucha en tus momentos desesperados y en la soledad de la noche. Sabe que necesitas su calor, su fuerza. Pero él está contigo mandándote toda la energía que necesitas para seguir adelante, porque la vida sigue, aunque para ti el tren se ha parado y también te gustaría bajarte. Pero no puedes.
 Ahora está en un lugar tranquilo, pero su tranquilidad la conseguirá cuando vea y escuche de nuevo tu sonrisa. Él quiere que seas fuerte y feliz. Él será siempre tu ángel de la guarda, el que te guiará en la oscuridad, el que cuidará y velará por ti.

jueves, 15 de octubre de 2020

EL ESPIRITU DEL UNO

 

Marcos es un joven periodista que cada día escribe una columna de noticias en el periódico local de su ciudad.

-      Tengo que escribir el artículo de hoy para el periódico.

-      ¿sobre que va a ir esta vez?

-      Ya no me gusta el tema, pero es la demanda de hoy en día. Sobre coronavirus.

-      Es cierto hijo, el tema ya cansa, pero tenemos que seguir informados.

-      Cuando lo termine le echas un vistazo mamá. Tu opinión es muy válida para mí. Eres mi mejor crítico.

 

Un día mas tenemos que escribir sobre esta pandemia que nos está azotando con toda su virulencia. Hoy en la capital quinientos afectados mas y ciento setenta y un muerto.

No quiero que me tratéis como un número más. Dentro de esa cifra, hay personas, hay situaciones, tragedias, ansiedad, miedo, pánico, dolor. Ya os habéis inmunizado ante las cifras y suenan en nuestra cabeza como algo ya común. De ese número ciento setenta y uno, el uno soy yo, con nombre y apellidos. Con una familia y una vida. Esto no es una broma ni somos un número. Las personas mueren y las que no, sufren. Mi vida transcurría entre mi trabajo y la familia. Teníamos poca vida social, tal y como manda la nueva normalidad. Pero ningún lugar es seguro. La enfermedad acecha en el sitio menos sospechoso.

Una tarde me sentí mal y ahí empezó todo. Estaba contagiado. Te sumerges en el silencio en la soledad y la tristeza. Necesité hospital incluso ingresar en UCI. Les dije adiós a mi mujer e hijos y nunca más los volví a ver. Solo y aislado en una habitación, en el silencio sepulcral escuchas acercarse la muerte sigilosa. Sabes que tú serás el próximo. Por tu mente pasan tus seres queridos, incluso sufres por ellos.

Por fin llega. Estas solo, te agarra y te dejas llevar. Llegó el final. Adiós a los míos porque para el resto del mundo tan solo soy un frío número que a nadie le interesa. En este caso el ciento setenta y UNO.

-      Hijo, muy conmovedor y diferente tu artículo. Me has hecho llorar.

-      Mamá, no digas sandeces, es más técnico y numérico que nunca.

-      Eso es lo que tu piensas, pero no lo que tu corazón te dicta.

Marcos volvió a leer su nota y su madre llevaba razón. El pensaba algo y su bolígrafo escribió algo que su mente percibía.

 

 

 

 

 

 

 

 

MARÍA PÉREZ GARCÍA 15/10/2020

 

sábado, 23 de mayo de 2020

ADIOS A COLILLO, MI GATO BUENO.






Malos tiempos nos rodean. Hay mucho dolor en el mundo. La enfermedad nos azota con su peor látigo castigador. Familias rotas, lagrimas que fluyen sin cesar por la pérdida de seres queridos.
Yo, en medio de esta tormenta me mantengo a flote. Con miedo a perder mi situación y verme inmersa en las estadísticas que día a día nos bombardean dejando cada vez mas heridos nuestros sentimientos. Me siento afortunada por lo que tengo. Un techo donde cobijarme con un espacio exterior donde puedo ver pasar la primavera. Una familia que quiero y me quieren.
Hoy me encuentro mas triste de lo normal y unas lagrimas fluyen por mis ojos provenientes de un gran sentimiento de cariño. No se si es apropiado en estos tiempos llorar por la perdida de tu mascota. Colillo era mi gato. Pero no era un gato corriente arisco y huraño. Todo lo contrario, cariñoso, amable y siempre junto a mí. En estos días oscuros donde el miedo se me veía reflejado en mis ojos, el venía y se sentaba encima de mis piernas. El simple hecho de acariciar su suave pelo y escuchar su ronroneo, me hacía sentir una paz interior.
Ahora la enfermedad le ha tocado a él. Necesita mis caricias y escuchar mi voz. Así ha sido hasta el último momento. Ahora son para el los momentos grises y oscuros. Su mirada pidiendo consuelo, me rompía el corazón. Muchos de los que puedan leer esto, no lo entenderán, pero el cariño de tu mascota va más allá de pensar que es un simple gato. Mi gato se llamaba Colillo y formaba parte de esta casa y siempre lo recordaremos.
Hoy 20 de mayo del 2020 campanean tristonas y grises las 12 del mediodía en la torre de la iglesia. A esa hora Colillo siente un profundo sueño del que nunca despertará.
Adiós a mi Colillo, mi gato cariñoso y bueno.

MARÍA PÉREZ GARCÍA

miércoles, 6 de mayo de 2020

LA NUEVA NORMALIDAD




Ha llegado el día en que nos dicen que ya podemos ir abriendo nuestra puerta. Con mucho recelo, pero ya podemos salir a pasear, hacer deporte, a la peluquería, al pequeño comercio con cita previa.
Empezamos lo que vienen diciendo que es la nueva normalidad. ¿Qué es eso? Pues no lo sé. Solo se que podremos salir a la calle por horas, por turnos, por fases, sin tocar a nadie ni a nada, sin saludos eufóricos ni afectivos. Yo me pregunto ¿y a aquellos que solo pueden ver a través de sus manos?, Las personas que saben lo que hay a su alrededor a través del tacto. No podrán tocar los árboles, los bancos de la calle, las verjas, las paredes, las personas que les hablen. Tendrán un paseo más a ciegas aún. ¿y aquellos que ya no están, que los hemos dejado en el camino, que estaban cuando cerramos nuestras puertas? ¿Cuántos saldrán a dar un paseo y su primera ruta será el cementerio? Esas familias que sufren y lloran por no poder haber despedido a los suyos. El paseo al cementerio. La nueva normalidad para muchos es aprender a vivir sin ellos.
No me gusta esta nueva normalidad, quiero la normalidad de siempre donde pueda abrazar, besar y estar cerca de los míos. Necesito sus abrazos, sus caricias y el roce de sus manos. No quiero la frialdad del metro y medio. Quiero que vuelva mi normalidad.

MARÍA PÉREZ GARCÍA 5/05/2020

miércoles, 22 de abril de 2020

LA GRAN NOCHE




-          Hola Fran
-          ¡hombre, hola Maca, cuanto tiempo sin saber de ti.!
-          Si, demasiado. Quería decirte que estoy aburrida. Ya sabes a lo que me refiero. Mi marido me aburre, y mucho más, con sus celos. No lo aguanto. Te pido ayuda, ya sabes a lo que me refiero.
-          Creo haberte entendido perfectamente.
-          Necesito divertirme. Quiero una fiesta en la que no falte de nada, ya sabes.
-          No te preocupes, la tendrás. ¿por cierto tu marido asistirá?
-          Claro. En el fondo le gusta. Le pone verme con otros. Aunque luego tenga que desahogar por algún lado sus estúpidos celos.
-          Pienso que el dinero no será problema.
-          Ninguno
Fran, que por su profesión de periodista conocía muy bien la clase alta de su ciudad, se dispuso a organizar una fiesta en la que corriera el alcohol, la droga y el placer. Los ricos se aburren. Necesitan experiencias y sensaciones fuertes.
Se puso en contacto con mucha gente. Comenzó a organizarlo todo. Llamó algunos de sus conocidos que sabía que esta fiesta les vendría bien, más que nada económicamente.
Eva, era una chica atractiva. Se buscaba la vida como camarera en un pub. Estaba dispuesta a todo por dinero.
Azu, trabajaba como bailarina de barra en un bar de carretera.
Josué era un playboy en un bar de lujo.
Reunió a varios conocidos y la fiesta fue multitudinaria. Había empresarios importantes, abogados de fama e incluso policías corruptos, que pasaban droga.
Maca estaba feliz. Era su ambiente, le gustaban las fiestas con riesgo. Esa noche lucía espléndida con un bellísimo traje de noche. Su marido, lucia un Guzzi y unos anillos antiguos de gran valor, que llamaban la atención.
Llegando la madrugada Maca escogió a un chico y una chica de la fiesta y se subieron a una de las lujosas habitaciones del hotel, tras la mirada de su marido. Los tres llenos de alcohol, drogas y deseosos de más sexo. La noche fue loca, y el final más aún.
A la mañana siguiente un cadáver yacía en la cama de esa habitación de hotel. Era una hermosa mujer con cara y fina ropa interior. Cuando llegó la policía pudo ver en el cabecero unas letras escritas con sangre que decía: L-H-X-TI. Desconcertada, siguió buscando y encontró bajo las sábanas unos lujosos y llamativos anillos. En la mesita tres copas de champán y un bolso con un billete para dos, destino Milán. En dicho billete figuraba el nombre de Maca y Fran.
 Mientras tanto Fran como periodista se pudo colar en la habitación y no podía creer lo que estaba viendo. Era su amiga y querida Eva. No pudo hacer su trabajo y menos cuando escuchó al policía preguntarse en voz alta, ¿Quién será este Fran?
Este salió de la habitación sin hacer ruido, pero derrumbado por dentro. Caminó sin rumbo, pero haciéndose siempre la misma pregunta, ¿Qué pasó allí? No podía recordar nada, aún estando el en la fiesta. Demasiado alcohol.
Escuchó un mensaje en su móvil. Era de Maca:
¿Has visto las iniciales en la pared? L-H-X-TI. Ya sabes…Lo Hice Por Ti. Jajaja. Me divertí mucho. Gracias.

MARÍA PÉREZ GARCÍA 22/04/2020

viernes, 10 de abril de 2020

PEQUEÑOS GRANDES HÉROES


-       Mamá quiero salir al parque
-       No se puede
-       ¿Y por qué no se puede?
-       Porque hay un bichito en la calle que es peligroso
-       Quiero ir con mis amigos al cole.
-       No se puede
-       ¿También está el bichito en el cole?
-       Si, también. Está por todos lados. Si salimos y nos juntamos con mucha gente nos lo podemos contagiar. Lo más grave es que se lo podemos contagiar a los abuelitos. Por eso nos tenemos que quedar en casa.
-       Ah, ya entiendo, de esa forma el bichito no verá a nadie en la calle, se aburrirá y se marchará. (la maravillosa inocencia de los niños).
De esta forma todos se quedan en casa, y lo mas formidable es que lo hacen sin protestar.
El tiempo pasa y seguimos confinados, pero ellos no se quejan, son valientes y siguen las rutinas y las pautas que se le dictan. El cole lo tienen que seguir a través de la pantalla del ordenador y haciendo cantidad de deberes. Son unos pequeños grandes héroes.
Aquí los padres desempeñan una gran función, parece que están en la penumbra, pero llevan una carga suplementaria de convertir el hogar en tutores, maestros y ser amigos de juegos de sus hijos. Ellos no lo notarán ahora pero cuando sean mayores recordaran sin duda esta durísima crisis y lo que hicieron sus padres por ellos.
Esta situación que estamos viviendo nos está sacando el lado mas humano. Todos queremos ayudar y agradecer a todos los que están en primera línea de fuego. Yo hoy quiero reconocer el gran trabajo y la gran labor de esas madres y padres que están detrás de nuestros pequeños grandes héroes. LOS NIÑOS.


MARÍA PÉREZ GARCÍA 10/04/2020

domingo, 29 de marzo de 2020

MI HOMENAJE A LOS MAYORES


Me levanto y miro por mi ventana. Veo un hermoso día. Brilla el sol, el cielo está limpio. Todo parece normal. Pero no es así.
Ahí fuera está muriendo gente, mucha gente. Hay familias enteras rotas, sufriendo, porque nos enfrentamos a un enemigo que no tiene compasión. Lo mismo mata a jóvenes que al que no lo es. Este malvado bicho, se ha cegado especialmente con los mayores. Con aquellos niños que tuvieron que vivir y presenciar una guerra civil. Vieron como se enfrentaban padres e hijos, y se mataban entre hermanos.
Soportaron una postguerra, donde la miseria y el hambre los azotó. Se hicieron una generación fuerte ante tanta desgracia, aunque sus corazones y alma estaban dañados, ellos seguían ahí.
Vivieron una dictadura, donde su voz tenía que estar dormida. El miedo y el castigo reinaba en la sociedad.
Ellos fueron los que votaron por una democracia, donde el país ya podía opinar, y hoy todos podemos disfrutar.
Nuestros héroes se nos hacen mayores, pero aún les toca vivir una gran crisis, y vuelven a ser ellos, con su valentía y estirando su pensión, los que acogen a las familias, los que ayudan a sobrevivir, los que dicen donde comen tres comen seis.
Me entristece ver, como ahora en su última etapa, de nuevo la desgracia se ceba con ellos. Este virus les está atacando y les está matando. Se van sin un último beso, sin un abrazo ni un adiós de sus seres más queridos, de esos por los que tanto han luchado. No se merecen esto.
Pero aún así nos dan ánimo a seguir adelante. Veo a través de los medios de comunicación como hay mujeres de ochenta y cuatro o más años, que se levantan por las mañanas y llenan sus solitarios días con la actividad de sentarse delante de su máquina de coser y ponerse a trabajar. Hacen mascarillas para proteger a sus familiares y vecinos de este virus. Ellos todavía nos dan fuerzas y ánimos para luchar contra este enemigo invisible, que tanto daño está haciendo.
Yo, dentro de mis posibilidades, quiero rendirles un homenaje a ellos, a los que tanto lucharon por todos y aún nos siguen enseñando a resistir. Les quiero ayudar de la única manera que ahora se puede, que es, no saliendo de casa.


MARÍA PÉREZ GARCÍA 29/03/2020