jueves, 5 de noviembre de 2020

EL DÍA QUE SE FUÉ.


El día que se fue te escuchó pedirle que no lo hiciera. Escuchó tus suplicas, sintió tus lagrimas. Él tampoco quería irse. Se preguntaba por qué tenía que hacerlo, con las ganas que tenía de vivir. Pero la enfermedad lo eligió, no dejando remedio alguno para su persona. Una crueldad.
 Sintió la fuerza brutal que lo arrebataba de tu lado.
Se fue su cuerpo, su alma sigue contigo. Te escucha en tus momentos desesperados y en la soledad de la noche. Sabe que necesitas su calor, su fuerza. Pero él está contigo mandándote toda la energía que necesitas para seguir adelante, porque la vida sigue, aunque para ti el tren se ha parado y también te gustaría bajarte. Pero no puedes.
 Ahora está en un lugar tranquilo, pero su tranquilidad la conseguirá cuando vea y escuche de nuevo tu sonrisa. Él quiere que seas fuerte y feliz. Él será siempre tu ángel de la guarda, el que te guiará en la oscuridad, el que cuidará y velará por ti.