sábado, 30 de abril de 2022

A MI MADRE

 

“Tengo miedo”, desde hace un tiempo, solo escucho “tengo miedo”. Admito que soy una de esas personas que lo sienten. La incertidumbre me agacha, me hace pequeña y débil. Me gustaría cerrar los ojos y sentirme protegida, como cuando era pequeña. Recuerdo que siempre, llegaba una neblina cremosa de sonido azul y un olor como a fresas doradas cuando se acercaba mi madre. Entonces sabía que estaba protegida, el miedo se marchaba envuelto en una nube fugaz.

            ¡Como echo de menos su voz aterciopelada, sus manos irradiando ternura y serenidad!

 -Todo irá bien.

 Con un beso en mi frente y sintiendo su calor a través de la ropa de mi cama, cerraba los ojos y mis sueños volaban felices y despreocupados.

            Necesito ese sonido blanco que producían mis sabanas al arroparme. Necesito cerrar mis ojos y despertar tranquila, sin miedo, sin angustia. Pero eso tan solo mi madre me lo proporcionaba.

            Nunca te olvidaré mama, allá donde estés.

 

 

 

MARÍA PÉREZ GARCÍA

viernes, 1 de abril de 2022

UNA MIRADA ESCONDIDA

 

 

 

        Intento morderme la lengua para no escupir palabras que pueden herir incluso al viento. No soporto la violencia. Te lleva a un miedo que paraliza, que roba vidas, que hay dolor en cada esquina, en cada paso. La vida nos quita y nos da, pero, el rencor y la codicia solo quita. Te roba tu confort, tu libertad, tu hogar. Hogares abandonados. Tan solo te llevas la tristeza, el miedo y la desolación como equipaje.

            Así salimos mi marido, mi hija, mi gato y yo. Adiós al pasado, al presente y a un futuro que nada ni nadie me asegura. Pasamos varios días entre gente asustada y desconcertada, como nosotros. Trenes abarrotados de miedo. Largas colas para poder acceder a unos de ellos. Varios días caminando entre frío, lluvia y nieve. En nuestro camino vimos a lo lejos una casa y pensamos refugiarnos en ella. Un techo, aunque sea con goteras y sin ventanas ya nos parecía un lujo. En minutos se puede pasar del todo al nada. Intentamos encender un fuego para calentarnos, pero poco había por allí. En una de las habitaciones había un armario viejo con puertas desencajadas. Pensé que nos podría servir. Me acerqué y antes de arrancar la puerta miré en su interior con la esperanza de encontrar alguna manta o abrigo. Cuando lo abrí me encontré con la triste mirada de su antiguo dueño, muerto hace cincuenta años.

            Fue en la última guerra entre hermanos. Su miedo lo llevó a cobijarse en aquel armario repleto de recuerdos. Quiso protegerlos con su vida. Me miró y me dijo que fuera fuerte, que no desesperara. Me ofreció todo su tesoro en forma de mantas y abrigos. Unas joyas dada la situación.

            Allí pasamos la noche, y los días siguientes, pero el hambre nos hizo abandonar también esa especie de hogar. Al salir volví al armario, lo abrí y reapareció de nuevo esa mirada triste, muy parecida ya a la mía, deseándome suerte y mucho valor.

 

 

                        MARÍA PÉREZ GARCÍA 08/03/2022

jueves, 24 de marzo de 2022

UNA ESTRELLA EN MI SALÓN

 

UNA ESTRELLA EN MI SALÓN

 

La tarde invitaba a estar en casa. El cielo dibujaba figuras grises que el viento hacía correr de un lado a otro. Sentada en la penumbra de mi habitación observaba el ir y venir de esas nubes. De pronto algo golpeaba el cristal de mi ventana, el ruido y la luz que la atravesaba me hizo girar la cabeza. Me quedé  asombrada cuando vi que una estrella me llamaba. Abrí los cristales y la invité a entrar. Era una preciosa y brillante estrella.



 El salón de mi casa quedó todo iluminado.

- ¿Estás sola?

-Si, en este momento no hay nadie, tan solo me acompañan mis dos gatitos, Pepsi y Colillo.

-Pero yo sé que tú tienes una preciosa y pequeña niña que todas las noches mira por su ventana junto a su osito Tedy para verme a mí y a mis hermanas.



-Si tienes razón. Es Emma, pero ella no está conmigo. Está con su papá y su mamá en una ciudad muy lejos de aquí.

- ¿Tú quieres verla?

- Me gustaría mucho ir a darle un beso de buenas noches. Pero estamos muy lejos.

 -No te preocupes. Tan solo tienes que cerrar los ojos y confiar en mí.

No sabía que hacer, porque todo esto era muy extraño. No me podía creer que estuviera hablando con una estrella en el salón de mi casa. Se acercó ofreciéndome una de sus brillantes puntas, como si fuera una mano amiga. Ya sin pensarlo me agarré con fuerza a ella y salimos por la ventana iluminando la noche y dejando atrás las nubes grises. 



            Nos dejamos llevar por el viento dejando una gran estela a nuestro paso. Abrí los ojos para ver todo el espectáculo que me ofrecía este inesperado viaje en la noche. De pronto pudimos ver unos ojitos que antes de dormir miraban por la ventana y cantaban:

Estrellita donde estas, me pregunto quién será. En el cielo blanco y azul me iluminas con tu luz.


 

Nos dirigimos a esa ventana y cuando Emma vio que su estrellita fue a visitarla se puso muy contenta, pero mucho mas cuando se dio cuenta que llevaba de compañera a su abu, para que le diera un beso de buenas noches. Estuvimos jugando un rato en su habitación, hasta que ya cansada y acurrucada en mis brazos, y con una suave luz que desprendía la estrella, Emma quedó dulcemente dormida, y esa noche soñó que haría cometas con las estrellas para jugar con todos sus amigos.



 

 

 

MARÍA PÉREZ GARCÍA

 

 

 

sábado, 12 de marzo de 2022

POR TODAS ELLAS

 Esta semana, se ha conmemorado el día internacional de la mujer.

 Una lucha por la participación en la sociedad y en su desarrollo íntegro como personas en pie de igualdad con el hombre.

Este 8 de marzo del 2022 ha venido señalado por la guerra que sufre Ucrania. De nuevo la mujer desempeñando un gran papel, aunque aparecen como en un segundo plano. No hay ni una en esas importantes y decisivas reuniones. Pero si que están frente a la lucha. Madres que huyen con sus hijos con la esperanza de ponerlos a salvo de la barbarie. Hacen horas y horas de viaje para llegar a un lugar seguro, aunque algunas se quedan en el camino. Hay corazones que no laten, ni les tiembla el pulso cuando tienen frente a su fusil a una madre con su hijo. En la guerra todo vale.

Un 10% de ellas deciden volver a su pais y luchar con las armas en el frente, una vez que dejan a salvo a sus hijos. Pero no solo vuelven para empuñar un fusil, también para ayudar y proteger a las poblaciones mas vulnerables, como personas mayores y enfermas. La enfermedad no entiende de conflictos. Está presente en niños y personas mayores, que en estos casos son los más débiles  y desamparados.

Este día se les recuerda a ellas sin olvidar a todas y cada una de las que luchan por sobrevivir, y por las que cada día tienen que demostrar que no son menos , tan solo por ser mujer.