jueves, 24 de marzo de 2022

UNA ESTRELLA EN MI SALÓN

 

UNA ESTRELLA EN MI SALÓN

 

La tarde invitaba a estar en casa. El cielo dibujaba figuras grises que el viento hacía correr de un lado a otro. Sentada en la penumbra de mi habitación observaba el ir y venir de esas nubes. De pronto algo golpeaba el cristal de mi ventana, el ruido y la luz que la atravesaba me hizo girar la cabeza. Me quedé  asombrada cuando vi que una estrella me llamaba. Abrí los cristales y la invité a entrar. Era una preciosa y brillante estrella.



 El salón de mi casa quedó todo iluminado.

- ¿Estás sola?

-Si, en este momento no hay nadie, tan solo me acompañan mis dos gatitos, Pepsi y Colillo.

-Pero yo sé que tú tienes una preciosa y pequeña niña que todas las noches mira por su ventana junto a su osito Tedy para verme a mí y a mis hermanas.



-Si tienes razón. Es Emma, pero ella no está conmigo. Está con su papá y su mamá en una ciudad muy lejos de aquí.

- ¿Tú quieres verla?

- Me gustaría mucho ir a darle un beso de buenas noches. Pero estamos muy lejos.

 -No te preocupes. Tan solo tienes que cerrar los ojos y confiar en mí.

No sabía que hacer, porque todo esto era muy extraño. No me podía creer que estuviera hablando con una estrella en el salón de mi casa. Se acercó ofreciéndome una de sus brillantes puntas, como si fuera una mano amiga. Ya sin pensarlo me agarré con fuerza a ella y salimos por la ventana iluminando la noche y dejando atrás las nubes grises. 



            Nos dejamos llevar por el viento dejando una gran estela a nuestro paso. Abrí los ojos para ver todo el espectáculo que me ofrecía este inesperado viaje en la noche. De pronto pudimos ver unos ojitos que antes de dormir miraban por la ventana y cantaban:

Estrellita donde estas, me pregunto quién será. En el cielo blanco y azul me iluminas con tu luz.


 

Nos dirigimos a esa ventana y cuando Emma vio que su estrellita fue a visitarla se puso muy contenta, pero mucho mas cuando se dio cuenta que llevaba de compañera a su abu, para que le diera un beso de buenas noches. Estuvimos jugando un rato en su habitación, hasta que ya cansada y acurrucada en mis brazos, y con una suave luz que desprendía la estrella, Emma quedó dulcemente dormida, y esa noche soñó que haría cometas con las estrellas para jugar con todos sus amigos.



 

 

 

MARÍA PÉREZ GARCÍA

 

 

 

1 comentario:

  1. María me ha encantado el cuento! Ojalá fuese verdad para poder darle un beso de buenas noches a mis nietos cada noche.

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