sábado, 23 de mayo de 2020

ADIOS A COLILLO, MI GATO BUENO.






Malos tiempos nos rodean. Hay mucho dolor en el mundo. La enfermedad nos azota con su peor látigo castigador. Familias rotas, lagrimas que fluyen sin cesar por la pérdida de seres queridos.
Yo, en medio de esta tormenta me mantengo a flote. Con miedo a perder mi situación y verme inmersa en las estadísticas que día a día nos bombardean dejando cada vez mas heridos nuestros sentimientos. Me siento afortunada por lo que tengo. Un techo donde cobijarme con un espacio exterior donde puedo ver pasar la primavera. Una familia que quiero y me quieren.
Hoy me encuentro mas triste de lo normal y unas lagrimas fluyen por mis ojos provenientes de un gran sentimiento de cariño. No se si es apropiado en estos tiempos llorar por la perdida de tu mascota. Colillo era mi gato. Pero no era un gato corriente arisco y huraño. Todo lo contrario, cariñoso, amable y siempre junto a mí. En estos días oscuros donde el miedo se me veía reflejado en mis ojos, el venía y se sentaba encima de mis piernas. El simple hecho de acariciar su suave pelo y escuchar su ronroneo, me hacía sentir una paz interior.
Ahora la enfermedad le ha tocado a él. Necesita mis caricias y escuchar mi voz. Así ha sido hasta el último momento. Ahora son para el los momentos grises y oscuros. Su mirada pidiendo consuelo, me rompía el corazón. Muchos de los que puedan leer esto, no lo entenderán, pero el cariño de tu mascota va más allá de pensar que es un simple gato. Mi gato se llamaba Colillo y formaba parte de esta casa y siempre lo recordaremos.
Hoy 20 de mayo del 2020 campanean tristonas y grises las 12 del mediodía en la torre de la iglesia. A esa hora Colillo siente un profundo sueño del que nunca despertará.
Adiós a mi Colillo, mi gato cariñoso y bueno.

MARÍA PÉREZ GARCÍA

miércoles, 6 de mayo de 2020

LA NUEVA NORMALIDAD




Ha llegado el día en que nos dicen que ya podemos ir abriendo nuestra puerta. Con mucho recelo, pero ya podemos salir a pasear, hacer deporte, a la peluquería, al pequeño comercio con cita previa.
Empezamos lo que vienen diciendo que es la nueva normalidad. ¿Qué es eso? Pues no lo sé. Solo se que podremos salir a la calle por horas, por turnos, por fases, sin tocar a nadie ni a nada, sin saludos eufóricos ni afectivos. Yo me pregunto ¿y a aquellos que solo pueden ver a través de sus manos?, Las personas que saben lo que hay a su alrededor a través del tacto. No podrán tocar los árboles, los bancos de la calle, las verjas, las paredes, las personas que les hablen. Tendrán un paseo más a ciegas aún. ¿y aquellos que ya no están, que los hemos dejado en el camino, que estaban cuando cerramos nuestras puertas? ¿Cuántos saldrán a dar un paseo y su primera ruta será el cementerio? Esas familias que sufren y lloran por no poder haber despedido a los suyos. El paseo al cementerio. La nueva normalidad para muchos es aprender a vivir sin ellos.
No me gusta esta nueva normalidad, quiero la normalidad de siempre donde pueda abrazar, besar y estar cerca de los míos. Necesito sus abrazos, sus caricias y el roce de sus manos. No quiero la frialdad del metro y medio. Quiero que vuelva mi normalidad.

MARÍA PÉREZ GARCÍA 5/05/2020