domingo, 20 de diciembre de 2015

COMO ME HE CONVERTIDO EN ABUELA




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            Fue una tarde de primavera, un jueves Santo, mi hija mayor venía de vacaciones a casa y fui a recogerla a la estación de autobuses de Granada. La vi bajar del autobús tan guapa que mi corazón saltó de alegría. Venía sola, sin su pareja y decidimos darnos un paseo por la ciudad y disfrutar de nuestra compañía en una preciosa tarde de procesiones.
Al día siguiente, cuando  ya estábamos todos en casa, a última hora del día, nos reúne y nos dice que tiene que hablar con nosotros. Me quedé mirándola y nos dijo que estaba embarazada. Dios mío todo lo que pasó por mi mente es difícil de plasmar en unas líneas. Lo que si se es que me inundó una inmensa alegría, la abracé contra mi tanto que quería traspasarle toda mi alegría. La buena noticia fue recibida igual por el resto de la familia.
            Ahora venían los preparativos, a partir de aquí mi vida cambia, mucha alegría pero mezclada con un huracán de miedos. Yo quise quitarme esos miedos estando siempre muy ocupada y pensé solo en hacerles cositas, empecé agobiarme porque mi mente corría más que mis manos, pero le hice un montón de cosas preciosas. Mientras tanto estábamos haciendo un master en ecografías. ¡ES UNA NIÑA!, al principio parecía una lentejilla, luego pasó a un cacahuete y así mes a mes fuimos dándole forma a su cuerpecito.
Por otro lado está el master de los cacharritos, esto es ya de segundo grado, aprendimos todo sobre cochecitos, cuando veía unos papás paseando a su bebé, ya sabía que carrito era y hasta el precio, ni que decir tiene, la cacharrada necesaria para sus cositas, el esterilizador, la babycook, papillero y un largo etc. etc…….
            Pero ya por fin llegó el día. Un parto nunca es igual a otro. Este tuvo que ser provocado porque Emma no se atrevía a venir por si solita. Todo fue bien, pero para mí fue un día muy largo y de experimentar muchas emociones. Todo el día esperando y esperando, intentaba tranquilizarme pero eso no era posible. Mi otra hija a miles de kilómetros de nosotros estaba aún peor que yo. Quería estar presente y lo estaba, gracias a las nuevas tecnologías podíamos estar muy juntas, aunque nos separaba un gran océano. Mi hija en dilatación, dándonos noticias de los centímetros dilatados, y así las tres unidas a través de un móvil ayudamos aunque solo fuera con nuestra fuerza de la mente a que nuestra niña viera la luz. Fue un ocho de diciembre a las cinco de la tarde. Cuando su padre dijo que ya había nacido me quedé sin expresión. Esperé en la habitación a que la subieran, cuando la vi aparecer por la puerta con su pequeña al lado, la emoción corrió por todo mi cuerpo y las lágrimas afloraron en mí y en mi hija, mi abrazo fue grande y reparador. Allí estaba Emma con su carita rosada y sus ojillos abiertos al mundo. Las palabras son importantes en la vida, con ellas nos comunicamos, pero yo en ese momento no supe que decir, me quedé en blanco por fuera y por dentro, hasta que la tuve en mis brazos y un rio de sensaciones llegaron a mí, y así es como me he convertido en abuela.
Ahora Emma tiene cinco días y cuando la cojo en brazos no me canso de mirarla, la acaricio suavecito, acecho su sonrisa, huelo su aroma tierno, la rodeo con mis brazos y quisiera defenderla y protegerla de todo lo malo. Pienso en todo lo que podremos hacer juntas, los juegos que inventaremos, los cuentos que le contaré, el mundo que iremos descubriendo y los caminos que andaremos a pasos pequeños juntas de la mano.
Solo espero estar muchos años con ella y estar siempre que me necesite, aunque la distancia es el primer enemigo al que nos enfrentamos.


MARÍA PÉREZ 12/12/2015

6 comentarios:

  1. Veo que en una historia tan bella y hermosa, no halla un comentario. En primer lugar felicitar a la ABUELA mas linda y toda su familia que estara llena de alegria. En segundo lugar felicitar por la magnifica descripción de todo el proceso y como me llego la noticia proxima a la Navidad, desear toda la familia una hermosa Navidad junto con la Pequeña

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    1. Muchas gracias Manuel, siempre tan atento. Te deseo para ti y los tuyos una feliz Navidad.

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    2. Muchas gracias Manuel, siempre tan atento. Te deseo para ti y los tuyos una feliz Navidad.

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  2. Un relato precioso, salido del alma y con la viva experiencia.
    Me ha encantado!!

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    1. Muchas gracias, por leerlo y por estar siempre ahí. Gracias amiga

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    2. Muchas gracias, por leerlo y por estar siempre ahí. Gracias amiga

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