miércoles, 1 de octubre de 2014

Carta para mi sobrina el dia de su boda

PARA ANA Y ANDRÉS
    Ana, te veo tan guapa y radiante esta tarde que las palabras me salen solas. Desde que me enteré que te casabas, una inmensa alegría me inundó. De pronto pensé: ¿¡Se nos casa una niña?! Y es que siempre te vi como tal, de hecho cuando tu madre y yo hablamos y nos referimos a nuestras hijas siempre decimos “las niñas”. Aún tenemos la imagen de veros loquitas por juntaros las cuatro primas y jugar, sobre todo para montar la casita de la barbi, os pasabais horas montando y colocando cada cosa en su sitio perfecto, todo dispuesto para empezar a jugar, como a emprender la rutina de una vida diaria.  Lo peor llegaba cuando  había que separarse y desmontar todo aquello que con tanto cuidado y esmeros habíais montado, era un drama. “¡Si claro ahora que ya está todo montado lo tenemos que quitar, no, queremos seguir!
     Ahora ya veo una hermosa mujer con un buen hombre a su lado  dispuesto a montar esa casita, vuestra casa, y por supuesto a seguir, a no tener que desmontarla nunca. Os deseo que los cimientos de esta construcción sean fuertes y duraderos, ya que los dos habéis decidido dar este paso tan importante en la vida, como es la unión para siempre en el matrimonio.
    Habéis elegido y habéis sabido escoger, porque el universo está lleno de estrellas y vosotros ya tenéis la vuestra. Ninguna brilla igual en todo el firmamento. Andrés ha escogido nuestra estrella, que ahora también es la suya. Estoy segura que su luz os guiará en los momentos de oscuridad.
    Ana, has encontrado el lucero que más resplandece y brilla en tu corazón, y ahora lo tienes a tu lado, dispuesto a compartir contigo este viaje que ahora emprendéis, llevando como único equipaje el amor.
Este  amor vuestro derribará problemas, preguntas y dudas que no siempre tienen respuesta. Pero no preocuparos, ahí estaréis vosotros, los dos unidos y mirando siempre hacia la misma dirección, y contra eso no hay dificultad que no se pueda resolver, ni muro que no se pueda franquear.
    Os deseo muchas alegrías y mucha paciencia en los momentos difíciles y pedregosos de este camino. Yo no puedo evitaros problemas, ni  dificultades propias de la vida. Pero si eso llega pensad que me tendréis dispuesta para ofreceros mi ayuda, mi cariño y mi apoyo incondicional.
     Que vuestro amor perdure para siempre y por siempre. Nunca dejéis de soñar, porque soñar es el principio de un sueño hecho realidad, como el vuestro que se acaba de cumplir.
Nunca dejéis de soñar ni de amar.
Muchas felicidades y que seáis felices os lo deseo de corazón.




MARÍA PÉREZ GARCÍA 20+7/09/2014.


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